Región en que vivieron estos indios |
Mauricio Fernando Villarroel
La ubicación geográfica, los
topónimos, la etimología
Según fuentes documentales de
la primera hora, cuando llegaron los españoles a mediados del siglo XVI, los
sanavirones ocupaban una extensa región, ubicada en el bajo río Dulce y los
alrededores de la laguna de Mar Chiquita; en este extraño confín de las tierras
bajas interactuaban con sus pequeños señoríos.
El territorio nacía a la
altura de Salavina, en el norte, y se extendía hasta el río Suquía, en la
provincia de Córdoba, en el sur. Al este el límite legaba al río Salado y la
dorsal santafesina. Hacia el oeste las sierras de Sumampa sirvieron a esta nación
de frontera con los comechingones, naturales de las sierras de Córdoba.
Salavina y Sumampa fueron dos
comarcas importantes entre los sanavirones, a las cuales nos referiremos
brevemente. Existieron otros pueblos sanavirones de menor jerarquía, Angagasta,
Chapingasta. Chayamampa, Canamampa, Rumi Yacu, Para Yacu, Llama Pampa,
Jacimampa, Chacomampa, Quillotara, Allituara, Puma Huasi, Inti Huasi, Tacanas,
Manchín, Quilino, Untujrinta, Chupilta, entre otros, cuyos topónimos rescatamos
de escritos de la época.
Sumampa
Sumampa, ubicado en su valle
de las sierras homónimas, en el sur de la provincia de Santiago del Estero, se
sitúa en un lugar estratégico y privilegiado, entre las últimas elevaciones de
las Sierras Centrales y el pie del monte, al oeste de la llanura boscosa que
acompaña los bañados del río Dulce.
Sumampa estaba ocupado por un
señorío étnico de la cultura sanavirona, los naturales de estas sierras eran
poseedores de un elemento vital permanente: decenes de vertientes de agua
cristalina y arroyuelos que recorren los valles.
El topónimo Sumampa refleja,
al igual que varios otros topónimos regionales, el bilingüismo de los
sanavirones “hablan su lengua propia y la del Cuzco”; según el célebre
historiador Orestes Di Lullo y el investigador lingüista Domingo Bravo, la
palabra Sumampa es el resultado de la
unión de dos vocablos, uno de origen quichua: sumaj o sumac, que es hermoso uy el sufijo mampa en la lengua sanavirona significa
o es vertiente, por lo que la
etimología sería “hermosa vertiente”, esta traducción es la que transmiten e
identifica a los lugareños actuales.
Salavina
Según José Luis Rocabado,
etimológicamente, Salavina se hunde en lo remoto y en lo ignoto. Según Domingo
Bravo, es un topónimo de dudoso origen, sin embargo lo incluye en su
diccionario de voces quichuas como sitio de asiento de los sanavirones, en la
probabilidad de establecer un parentesco idi9omático entre “Sanavina”, como
región (deformada luego en Salavina), de los aborígenes mencionados. Bravo, en
alguno de sus opúsculos didácticos, se arriesga a designar como un señorío
étnico de la comarca a los salavines, quienes, “quizás fueron una parcialidad
de los sanavirones y su centro, probablemente esatría en lo que es hoy la villa
Salavina, de donde provendría su nombre”.
En la actualidad ha cobrado
auge la expresión en quichua “sara huiñaj”, literalmente maíz que crece, para designar a este pueblo, cuyo nombre de
existencia prehispánica fue conocido por Diego de Rojas, conquistador español,
muerto en el verano de 1543, en las inmediaciones. Los yanaconas, parte del
séquito del capitán español habrían exclamado “sara huiñaj”, al ver los
extensos maizales a ambos márgenes del río Dulce.
Este origen incierto es lo
que abona aún más el mito de Salavina. Es que en América se vive y se piensa
míticamente, es el fundamento de su cosmovisión.
(Del libro “Sanavirones. En
el confín de las tierras bajas).
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