martes, 27 de septiembre de 2011

Amadeo Antonio Lobo "Cacho"

Cacho Lobo.
La música, el folklore, los cuentos

Corría el año 1943, en un hogar muy humilde de la campaña santiagueña, allá donde el bosque abraza con sus misterios y encantos esta tierra que se parte reseca y desolada, en una casa muy vieja, una mujer daba a luz a un nuevo vástago, el cuarto varón y octavo hijo hace entonces, porque al final de la cosecha fueron catorce los hijos que conformaban la familia de Ercilia y Ramón Rosa Lobo.
Ella mostraba siempre valentía y carácter férreo en todo instante de la vida. Él era un criollo tranquilo, bonachón, hombre de fácil sonrisa, muy amante de la música, intérprete de violín, mandolina, guitarra, acordeona y además bailarín y cantor.
De esta unión nación Cacho Lobo (nuestro personaje), acunado al ritmo arisco de la chacarera por los pagos de la vieja estación Laprida, allá en el departamento Choya, pago al cual siempre recuerda y para el que tiene sus mejores elogios.
Era tanta la pasión por la guitarra que cuando tenía 15 años conoció a don Fortunato Juárez y él fue quien lo encaminó en las primeras lecciones, en la composición de unas chacareras y también quién lo impulsó para ser narrador de cuentos. Con el tiempo Fortuna Juárez sería el profesor de guitarra de sus hijos y actualmente el arreglador de la mayoría de las piezas que interpretan.
Cacho Lobo, conocido así aunque su verdadero nombre es Amadeo Antonio Lobo, integró varios conjuntos foklóricos entre los figuran Los Inti Rupaj, Los Norteños, Los Inti Sumaj, Orlando Gerez y un dúo con Aurelio Gómez (de los Cantores de Santiago), que se denominaban Los Changos Santiagueños. Sus condiciones de cantor de chacareras picarescas mezcladas con humor santiagueño lo llevaron a recorrer varios lugares de la provincia y algunas provincias hermanas, paralelamente compuso piezas de neto corte folklórico. Esto lo llevó en 1975 a incorporarse como socio de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores, aprobando el examen como autor y compositor.
También en 1975 grabó su primer disco larga duración para el sello Diapasón de la Capital Federal, con piezas cantadas y cuentos.
En mayo de 1979 se publicó su primer libro de poemas, cuentos y cantos, titulado Santiagueñadas. También publicó Sentimientos.
Junto a un grupo de artistas santiagueños, Cacho lobo estuvo representando a la provincia en agosto de 1977, durante una semana en el teatro Astral de la Capital Federal, en un espectáculo que se denominó “Santiago y su magia”.
El escenario mayor de Cosquín, en tres oportunidades lo tuvo representando a Santiago en la delegación oficial.
Las provincias de Salta, Jujuy, Tucumán, Santa Cruz, Buenos Aires, Entre Ríos y toda la provincia de Santiago del Estero, saben de sus cuentos, de sus chacareras y los chistes oportunos que ya trae en la sangre, como buen santiagueño.
Sus versos, relatos y cuentos fueron publicados en diversos diarios y revistas como la publicación ininterrumpida por cinco años en el diario El Liberal, del rincón humorístico titulado “El cuento de hoy”.
En 1976 y 1977 se desempañó como secretario de actas de la comisión directiva de la Sociedad de Folkoristas Santiagueños, paralelamente ocupó en esos mismos años, la secretaría de actas del Alero Quichua Santiagueño.
Numerosos son los intérpretes que grabaron sus canciones que se suman más o menos cuarenta, entre grabadas y editadas, en diferentes géneros.
Falleció el 18 de mayo de 1997. 
Tomado de su libro Sentimientos.

Acordeona vieja amiga

Acordeona de mis tiempos
compañera de bailantas
acordeona compañera
qué misterio hay en tus flautas
que al sonar de las guitarras
en sapucay te agigantas.

Te han de encontrar acordeona
marcadora de compases
alegrando las cuadreras
y bailes de carnavales
o entre el alcohol de las copas
compañera inseparable.

Los dedos sobre las teclas
embrujados te caminan
en ese cuerpo caliente
de música correntina
acordeona mensajera
de sueños mi vieja amiga.

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