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Grissel Herrera |
El periodismo, Loreto, la maternidad
En los tiempos que corren hay pocas periodistas mujeres que
se le animen a la calle, a ser productoras independientes o casi, porque
Grissel Herrera trabaja en medios propios y en otros sigue haciendo notas,
escribe entrevistas, diagrama las páginas, busca las fotografías, vende y cobra
la publicidad y atiende su casa, en la que la espera un niño, su hijo Laureano,
a quien también debe darle su atención como madre.
-¿Dónde ha estudiado periodismo y cuáles han sido o son los
trabajos que más la han marcado en su desempeño profesional?
Estudié aquí en Santiago del Estero, en la Escuela de
Periodismo Mariano Moreno y en Córdoba hice la Diplomatura en Periodismo
Político en el Colegio Universitario de Periodismo Obispo Trejo y Sanabria.
Participé de capacitaciones, seminarios y cursos relacionados siempre que pude
y actualmente también. La idea es no es quedarse con lo que uno logró sino en
la actualización constante. Mi primer trabajo fue en una radio que se llamaba
Radio del Sur de Jesús María Alba, en la que hice desde locución, elaboración
de noticias y móvil de exteriores. Aprendí mucho y logré ampliar todo eso en
Nuevo Diario, donde trabajé casi 10 años. Paralelo a ello trabajé para un
suplemento del interior del país del Diario Perfil, que me dio otra impronta.
Trabajar en un diario marcó aún más mi pasión por la redacción y me permitió
apostar a un periódico propio para informar, comunicar y difundir lo que me
parece importante del interior provincial.
- ¿Cómo se siente manejándose en aguas que a veces son muy
masculinas?
Muy bien. Creo que el hecho de ser mujer me permitió llegar
y acceder con mayor facilidad a muchos lugares y a mucha gente. Siempre con
respeto y haciéndome respetar logré manejarme en un mundo masculino. Mi
filosofía es que si no avanzo y afronto lo que quiero, no llegaré a ningún
lado.
-¿A qué tuvo que renunciar para ser periodista?
Soy de Loreto, mi mamá no quería que me venga a estudiar
aquí, porque quedaba sola con mis otros hermanos ya que yo no tengo papá desde
los 6 años. Queria que siguiera el profesorado
para docente, pero como yo sabia que es lo que quería desde la primaria,
le dije que me venía y comencé a trabajar y estudiar. Hice las dos cosas, nunca
deje de trabajar desde que llegue aquí en 1995. Renuncié a que me mantengan y
también a casarme joven. Hasta los 30 puse mi vocación antes que todo.
-¿Qué no hubiera conseguido jamás de no haber sido
periodista?
Tener cosas propias que me hacen feliz y que son
consecuencia de mi carrera, de lo que elegí. Lograr un periódico propio que me
da margen para disfrutar de mi hijo y mi familia. Y principalmente conocer a
tanta gente maravillosa y entrañable. Estoy muy agradecida a Dios por lo que me
dio.
-¿Cuáles son los medios para los que trabaja? (si puede
nombrarlos, claro).
Revista 30 Días, Agencia Política &Medios y colaboro en
periódicos locales.
-¿Es cierto que hay un periodismo específico para mujeres o
ellas están preparadas para cualquier cosa?
Independientemente del sexo, creo que la periodista está
preparada para cualquier cosa. Las mujeres pueden hacer y desenvolverse en
cualquier área, en lo político, en lo social, en lo frívolo, en todo hasta como
corresponsales de guerra. Hay quienes piensan que no podemos ocuparnos de áreas
muy masculinas como la política por ejemplo, y se subestima sin sentido porque del
otro lado hay un gran compromiso con el tema.
-¿Cuáles han sido sus mayores logros profesionales?
Mi periódico y el reconocimiento de las personas que quiero,
por lo que hago.
-Además de las trabas digamos "normales" que impone
la maternidad, ¿le ha traído muchos inconvenientes en su trabajo el hecho de
ser madre?
Cuando llegó mi hijo, había renunciado al diario, estaba en
la agencia de noticias y hacíamos un periódico quincenal, y tuve la suerte de
tener como jefa a una mujer y madre que me dio la posibilidad de trabajar desde
mi casa free lance y hoy trabajo del mismo modo. Los horarios los manejo para
no perderme nada del crecimiento de Laureano, quien tiene 3 años ya. Es el
mayor premio de mi vida.
-¿Si pudiera elegir sería otra cosa o volvería a intentar
con el periodismo?
Mil veces, elegiría el periodismo.
-¿Le gustaría que su hijo también tuviera algo que ver con
este medio o preferiría que sea otra cosa, digamos ingeniero, médico, abogado?
Me gustaría que el elija lo que lo haga feliz. Creo que uno
nace con un perfil o vocación, así que es relativo lo que uno quisiera para su
hijo, si me encantaría que la elección que hagale permita vivir bien.
-¿Se consiguen más amigos o más enemigos con el periodismo?
En mi caso, conseguí amigos, gracias a Dios no tengo
enemigos, o por lo menos que yo sepa.
-De todos los medios que ha trabajado, ¿en cuál se sintió
más cómoda?, ¿en cuál la trataron mejor?, ¿por qué?
En todos me sentí muy bien y en los que estoy actualmente
también. En todos viví etapas diferentes y estoy muy agradecida con los que
confiaron en mí, por darme un lugar para desarrollarme, que me sirvió para
encarar proyectos personales.
-¿Cuáles son los verdaderos cambios y los desafíos más
urgentes a los que debe someterse el periodismo de Santiago hoy?
Hoy tenemos la posibilidad los periodistas santiagueños de
emprender medios propios, ya sea por internet, radio, televisión o papel, y está
bueno que nos comprometamos más con lo que transmitimos. Uno de los mayores
desafíos es la formación, la capacitación, ante el gran abanico de información
que existe. Uno puede ser un periodista de trayectoria, pero sino se actualiza
quedará en la chatura y lo pasan por encima todos, hasta las redes sociales que
hoy son medios de expresión al instante y universales. Creo que el verdadero
periodista no es aquel que se queda con lo que cree que sabe, sino que tiene la
cabeza abierta para recibir opiniones, analizar, investigar, comparar y dar la
información más correcta posible y de la manera más interesante.
(Publicada en ´El punto y la coma´).
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