lunes, 11 de julio de 2011

Orestes Di Lullo

Orestes Di Lullo.

Santiago, la investigación, la tradición

Nació en Santiago el 4 de julio de 1898.  Egresado del colegio Nacional, estudió medicina en la Universidad de Buenos Aires y obtuvo su título en 1923. En 1925 hizo un periplo por España, que reflejó en su libro Castilla, Altura de España.
Sus primeros afanes los dedicó al estudio de temas médicos y endemias populares, como resultado de lo cual publicó La Medicina Popular en Santiago del Estero (1929); El Paaj (1930), primer premio municipal de ciencias; La Alimentación Popular en Santiago del Estero (1935) y La San Asís (1939), anticipada propuesta de política sanitaria para erradicar las enfermedades generadas por la pobreza. La misma preocupación denota su ensayo El Bosque Sin Leyenda (1937), denuncia sobre la destrucción forestal y la explotación humana del obraje.
Comisionado por la Universidad de Tucumán, investigó y editó El Folklore de Santiago del Estero y el Cancionero Popular de Santiago del Estero, obras que se completan con su Contribución al Estudio de las Voces Santiagueñas y los Antecedentes Biográficos Santiagueños. Pero lo histórico-literario alcanzó mayor plenitud en obras imperecederas: La Agonía de lo Pueblos, en 1946, y Santiago del Estero, Noble y Leal Ciudad, de 1947.
Fue miembro fundador de la Junta de Estudios Históricos de Santiago del Estero e intendente Municipal entre 1944 y 1945.
Innumerables capítulos de nuestro pasado revivieron en su pluma: los viejos pueblos, los caminos y derroteros históricos, los templos y fiestas religiosas, la prehistoria santiagueña, las figuras de Mayo. Las biografías del general Taboada, Juan Felipe Ibarra, Juan Francisco Borges, Leopoldo Lugones y Francisco de Uriarte, por citar algunas, completan su vasta obra literaria.
A Di Lullo se deben la fundación en 1941 del museo que hoy lleva su nombre y del que fue su director hasta 1967, la escuela santiagueña de Artes Populares y en 1953 el instituto de lingüística y arqueología dependiente de la Universidad de Tucumán, existente en esta ciudad.
Al morir dejó inconclusos e inéditos una novela sobre El Saladino Ibarra, otra evocación de La Punta de Maquijata y un lacerante relato, Los Despojos, de acento ecológico, entre otras obras.
En su extensa labor se destaca además, el descubrimiento de una enfermedad reflejada en su obra "El Paaj": una afección de la piel es causada por el tanino del quebracho.
Entre los múltiples reconocimientos, fue nombrado miembro de las Academias Nacional de la Historia, Argentina de Letras, Nacional de Medicina, Nacional de Ciencias, Folklore de las Américas y varias instituciones que valoraron su trabajo, signado siempre por su indeclinable amor a Santiago del Estero.
Murió el 28 de abril de 1983.

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