Manuel Gómez Carrillo. |
El piano, la música, la docencia
Nacido en Santiago del Estero en 1883, realizó estudios de piano con el maestro juan Queirolo y de armonía y composición con los maestros Alfredo Grandi y el eminente compositor y pedagogo José Rodoreda.
En reconocimiento a sus profundos conocimientos musicales y a su vehemente espíritu de folklorista, el año 1918 la Universidad de Tucumán le encomendó la recopilación de danzas y canciones del norte argentino, publicando por cuenta de la citada institución, dos interesantes tomos de piezas para piano, canto y piano y violín y piano.
Posteriormente, y siempre inspirado en la música vernácula o en el espíritu de ella, el maestro Gómez Carrillo ha escrito numerosas obras para piano, violín y canto, entre las que sobresalen Rapsodia Santiagueña, Danza Santiagueña, Fiesta Criolla, _Alma Quichua, Aires Santiagueños, La Telesita y muchas otras. La primera de las obras citadas fue instrumentada para orquesta sinfónica por el eminente maestro de uno de los grandes conjuntos orquestales de París, Francisco Casadessus y ejecutada en aquella ciudad con gran éxito.
Grande ha sido el beneficio que ha aportado a Santiago la labor desarrollada por el maestro Gómez Carillo y su esposa, la distinguida pianista señora Inés Landeta en el Conservatorio que ellos han dirigido por espacio de casi veinte años. Una generación de pianistas serios y competentes ha sido el resultado de la sacrificada labor de estos autorizados artistas, de donde ha surgido en primer plano y como una gran pianista del momento, Inés Gómez Carrillo.
Labor fecunda
Primero, al frente de los coros de la Sociedad La Raza y posteriormente, en la agrupación “amigos del Arte”, el maestro Gómez Carrillo ha desarrollado por espacio de casi diez años una labor titánica, tanto por la gran capacidad de director y organizador demostrada, cuanto por el enorme esfuerzo que ello ha demandado. Los grandes conjuntos corales, integrados en su totalidad por damas y caballeros de nuestro medio, al colaborar en la obra de su director, se habían creado ya la obligación espiritual, como una necesidad ineludible de su existencia.
En 1936, fue trasladado el maestro Gómez Carrillo a la ciudad de Rosario, donde ejerció la Regencia de la Escuela Normal de aquella ciudad, y más adelante a Buenos Aires como profesor de música en uno de los grandes establecimientos de enseñanza, donde se jubiló.
Actualmente desempeña la subdirección del Instituto Nacional de la Tradición y últimamente ha sido designado Director del Coro de la Facultad de Derecho de la Capital Federal.
Nota sin firma del número del Cincuentenario del Liberal. 3 de noviembre de 1948.
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